“¡Tragedia en Zapopan! Mientras familias lo pierden todo, Pablo Lemus abandona el estado
Mientras una bebé muere en Zapopan, Pablo Lemus se va de vacaciones sin remordimiento. El gobernador abandona a su gente en plena tragedia: más de 140 casas inundadas y una joven desaparecida.
7/17/20252 min read


ZAPOPAN, JALISCO, 16 DE JULIO DE 2025 (AFN).–
La tragedia golpeó con furia a cientos de familias zapopanas que lo perdieron todo tras las intensas lluvias del martes por la tarde. Una bebé de apenas tres meses perdió la vida, una joven se encuentra desaparecida, más de 140 viviendas fueron invadidas por el agua, bardas colapsaron, autos fueron arrastrados y decenas de personas tuvieron que ser rescatadas en escenas que parecían sacadas de una pesadilla.
Y mientras todo esto ocurría, el gobernador Pablo Lemus no tenía mejor idea que anunciar con orgullo en su cuenta de X… ¡que se iba de vacaciones!
Sí, mientras madres desesperadas lloraban a sus hijos, mientras una familia veía morir a su bebé entre sus brazos y mientras Zapopan colapsaba entre agua, lodo y angustia, el mandatario estatal compartía una postal del descanso que —según él— se merecía, demostrando un desprecio absoluto por la vida de las y los jaliscienses.
¿Qué clase de gobernador abandona a su gente en plena catástrofe? ¿Dónde quedó el compromiso, la empatía, la mínima humanidad?
La lluvia, descrita como “atípica” por el gobierno municipal, provocó que un canal se desbordara en la colonia La Martinica, arrasando con todo a su paso. Ahí fue donde colapsó una barda perimetral y donde rescatistas sacaron a cinco menores y siete adultos. Los paramédicos intentaron reanimar a la pequeña, pero ya era demasiado tarde. Su cuerpecito ya no respondía.
En otros puntos del municipio, camiones del transporte público quedaron varados con usuarios atrapados, una joven de 19 años desapareció tras ser arrastrada por la corriente, y vecinos tuvieron que subirse a las azoteas para salvar la vida. El horror se vivió en cada calle, mientras el silencio y la ausencia del gobernador eran ensordecedores.
Y como si fuera poco, la única respuesta oficial fue culpar a la naturaleza, a la basura, a los ciudadanos... a todos menos a la incompetencia de los gobiernos locales que permitieron asentamientos sobre arroyos sin previsión, sin infraestructura y sin control. Porque aquí lo que sobra es negligencia, y lo que falta es gobierno.
Mientras los soldados, bomberos y vecinos trataban de reconstruir entre escombros y agua, el gobernador sonreía en redes sociales.
No fue sólo una tragedia climática. Fue una tragedia política y humana. La vida de una bebé no se perdió por la lluvia: se perdió por la indiferencia institucional de un gobierno que prefiere desconectarse antes que enfrentar su responsabilidad.