“Sobriedad y humildad”… pero en jet privado: Menchaca exhibe la desesperación de Morena en Durango

La doble moral de Morena volvió a quedar expuesta. Esta vez fue Julio Menchaca, gobernador morenista de Hidalgo, quien se vio obligado a admitir públicamente que utilizó un vuelo privado para trasladarse a Durango, donde participó en un acto proselitista a favor de José Ramón Enríquez, candidato de su partido. Lo más preocupante: lo hizo justo después de que Morena emitiera un código de conducta en el que exigía “sobriedad y humildad” a todos sus militantes.

“Yo lo pagué”, declaró Menchaca, tratando de justificarse. Sin embargo, el escándalo ya estaba hecho. El viaje en jet privado no solo contradice los lineamientos internos del partido, sino que refleja la desesperación que vive Morena por mantener el control en los estados donde la contienda electoral se ha cerrado.

Mientras la dirigencia morenista intenta posicionar un discurso de austeridad, sus altos perfiles viajan en vuelos privados para hacer campaña, mostrando un rostro elitista y alejado de la ciudadanía.

Además, el hecho de que un gobernador en funciones dedique tiempo, recursos y energía a hacer campaña fuera de su estado —y con lujos— evidencia el desequilibrio con el que Morena juega este proceso electoral, recurriendo a prácticas que tanto criticaron en el pasado.

Este tipo de acciones dejan en claro que, lejos de la “transformación” que pregonan, en Morena hay nerviosismo, excesos y contradicciones, mientras la ciudadanía espera soluciones reales, no giras de campaña en aeronaves privadas.

La “austeridad republicana” de Morena ha demostrado ser un discurso hueco, que se desvanece cuando se trata de defender sus intereses electorales. Y este episodio con Julio Menchaca es solo una muestra más de que, cuando Morena se siente amenazado, rompe sus propias reglas sin pudor alguno.