“Oscuridad total en Yucatán: el PAN deja a la península a merced de un apagón histórico”
Un mega apagón dejó a millones sin luz, hospitales y semáforos colapsaron, y el gobierno panista reaccionó tarde y sin plan, mostrando incapacidad frente a la emergencia.
9/27/20252 min read


La península de Yucatán vivió uno de los apagones más graves de los últimos años, dejando a millones de personas en Campeche, Quintana Roo y Yucatán sin electricidad durante horas. Pero mientras las familias enfrentaban el caos, el gobierno panista de Yucatán quedó exhibido: sin estrategia, sin respuestas claras y sin un plan de contingencia para proteger a la población ante una emergencia de esta magnitud.
Vecinos de Mérida, Progreso, Valladolid y decenas de comunidades reportaron que los hospitales quedaron en penumbras, los semáforos colapsaron y cientos de negocios tuvieron que cerrar de golpe, generando pérdidas millonarias. Sin embargo, el gobierno estatal reaccionó con una tibieza indignante: mensajes confusos, sin datos precisos y sin la más mínima autocrítica. Mientras la ciudadanía buscaba explicaciones, las autoridades panistas se limitaron a culpar a la federación y a la Comisión Federal de Electricidad, lavándose las manos y evadiendo su responsabilidad de proteger a los yucatecos.
Especialistas en infraestructura eléctrica advirtieron desde hace años que Yucatán necesitaba planes de respaldo, generadores de emergencia y protocolos de reacción rápida, pero el gobierno del PAN prefirió priorizar obras cosméticas y anuncios de campaña en lugar de invertir en seguridad energética. Hoy, esa negligencia quedó al descubierto: una falla en el sistema —aún bajo investigación— bastó para paralizar a todo un estado que se presume “modelo de desarrollo”.
En colonias enteras, familias quedaron atrapadas en elevadores, pacientes en hospitales sufrieron interrupciones en equipos médicos y los transportes públicos se volvieron un caos. Las llamadas de auxilio saturaron los números de emergencia mientras el gobierno estatal apenas atinaba a publicar boletines vacíos. La indignación crece porque la administración panista, que presume de eficiencia y modernidad, demostró que no tiene capacidad para enfrentar una crisis elemental.
El “mega apagón” no solo dejó a Yucatán en la oscuridad física, también encendió la alarma sobre la fragilidad de la infraestructura y la falta de liderazgo local. Hoy la pregunta es inevitable: ¿cuántos avisos más necesita el gobierno del PAN para entender que la seguridad energética no es un lujo, sino una obligación? Mientras no asuman su responsabilidad, los yucatecos seguirán pagando las consecuencias de una administración que prefiere excusas a soluciones.