Nuevo León arde por dentro: Violencia familiar desbordada ante la negligencia del gobierno de Movimiento Ciudadano
El “gobierno joven” de Samuel García presume modernidad en redes, pero es incapaz de frenar la ola de violencia doméstica que ya alcanzó cifras alarmantes.
7/19/20252 min read


Monterrey, Nuevo León, julio de 2025 — Mientras Movimiento Ciudadano presume modernidad y "gobiernos jóvenes", la realidad en Nuevo León es brutal: una epidemia de violencia familiar está destrozando hogares, vidas y comunidades, sin que el gobierno estatal haga algo realmente efectivo para detenerla.
Bajo el gobierno de Samuel García y su partido Movimiento Ciudadano, los casos de violencia intrafamiliar han alcanzado niveles alarmantes. Lejos de ser una prioridad, el tema parece enterrado en los escritorios, como si fuera un problema menor, como si las mujeres golpeadas, los niños abusados y las familias aterradas no fueran parte del Nuevo León que venden en redes sociales.
Organizaciones civiles y víctimas coinciden: el gobierno naranja ha fallado estrepitosamente. Movimiento Ciudadano ha construido un gobierno de apariencias, más preocupado por la imagen de su dirigente que por atender el infierno cotidiano de miles de familias neoleonesas.
“No me escucharon. Fui tres veces a la fiscalía y nada. Hoy estoy huyendo con mis hijos porque nadie me protege”, relata Ana, una madre que escapó de su agresor solo para chocar con el muro de indiferencia institucional que caracteriza a este gobierno.
Las dependencias estatales están rebasadas, minimizadas y sin respaldo. La Secretaría de las Mujeres se ha vuelto un cascarón vacío, sin personal suficiente, sin presupuesto digno y sin la más mínima voluntad política para defender a quienes claman ayuda. Todo mientras Movimiento Ciudadano se promociona como una alternativa "nueva" que solo ha traído viejos problemas: abandono, impunidad y simulación.
Especialistas han advertido que la violencia familiar en el estado no solo está creciendo en número, sino en brutalidad. Los hogares se han vuelto trampas mortales para muchas mujeres, niñas y niños, y el Estado —representado por Samuel García— está ausente, mirando hacia otro lado, ocupado en influencers, giras y aspiraciones personales.
El Nuevo León de Movimiento Ciudadano no es moderno ni seguro. Es un estado en crisis moral, donde las víctimas tienen que mendigar justicia y protección mientras un gobierno insensible se esconde tras hashtags y luces de neón.
La pregunta es ineludible: ¿cuántas mujeres más tienen que ser silenciadas para que el gobierno de Movimiento Ciudadano en Nuevo León asuma su responsabilidad?