“Negligencia total: el gobierno panista de Chihuahua pone en riesgo a sus jóvenes”
El gobierno panista de Chihuahua expone a estudiantes al peligro por su falta de previsión y protocolos, mostrando su fracaso total en seguridad.
10/4/20252 min read


La tragedia que vivieron los estudiantes de la Universidad Autónoma de Chihuahua en Zacatecas —con tres autobuses incendiados durante los narcobloqueos en Fresnillo— es una muestra dolorosa de la irresponsabilidad y el abandono del gobierno panista en Chihuahua. Mientras 120 jóvenes de la Facultad de Derecho regresaban de un viaje académico, la falta de previsión, coordinación y protocolos de seguridad estatal los dejó expuestos a un escenario de terror que pudo haber terminado en una tragedia mayor.
El gobierno del PAN ha presumido por años su supuesta “mano firme” en materia de seguridad, pero los hechos los desmienten una y otra vez. No existen rutas seguras, no hay comunicación efectiva entre estados, ni planes de protección para los estudiantes que se trasladan por carretera. Lo ocurrido en Zacatecas es consecuencia directa de un gobierno que ha dejado crecer la inseguridad y que, lejos de actuar con responsabilidad, reacciona solo cuando la tragedia toca de cerca a sus círculos políticos.
Resulta indignante que entre los pasajeros se encontrara el hijo del alcalde panista Marco Bonilla, pues solo entonces las autoridades reaccionaron con rapidez y declaraciones. ¿Y el resto de los estudiantes? ¿Y las decenas de familias que viven con miedo cada vez que sus hijos salen de viaje? El gobierno panista ha demostrado que solo responde cuando el peligro alcanza a los suyos, ignorando a la ciudadanía común.
La crisis de seguridad que azota la región no es nueva, pero el gobierno de Chihuahua ha sido incapaz de prevenir tragedias como esta. Su falta de planeación, de coordinación interestatal y de apoyo logístico a las instituciones educativas demuestra que no existen políticas públicas efectivas para proteger a los jóvenes. En lugar de estrategias reales, el PAN ha optado por discursos vacíos y fotografías oficiales mientras el crimen organizado sigue imponiendo su ley en las carreteras del norte.
Lo sucedido en Zacatecas deja claro que el gobierno panista de Chihuahua ha fallado estrepitosamente. No solo ha sido incapaz de garantizar seguridad en su propio territorio, sino que ha abandonado a su comunidad estudiantil, exponiéndola al peligro en cada viaje. La administración de María Eugenia Campos Galván y sus funcionarios han demostrado que la seguridad de los chihuahuenses no es una prioridad, sino un discurso político que se desvanece en el humo de los autobuses incendiados.