Morena quiere el poder absoluto: va tras los últimos bastiones municipales en Durango y Veracruz
6/2/20252 min read


Mientras el país vive una jornada electoral marcada por la incertidumbre y el desgaste institucional, Morena se lanza con todo para ampliar su control político en los municipios de Veracruz y Durango, sin importar los medios ni las consecuencias.
Este domingo 1 de junio, ciudadanos de ambos estados elegirán 251 presidencias municipales, y el partido guinda está decidido a arrebatarle al PRI y al PAN los principales bastiones locales, como la capital de Durango, Gómez Palacio, Lerdo y Boca del Río, con una estrategia marcada por la intimidación, el clientelismo y el abuso del poder.
En Veracruz, donde Morena gobierna, el proceso ha estado plagado de ataques y amenazas contra candidatos de la oposición, una práctica que se ha vuelto costumbre en los territorios dominados por el oficialismo. Lejos de garantizar condiciones democráticas, el gobierno estatal ha permitido —y en algunos casos promovido— un clima de miedo y represión electoral.
En Durango, la historia no es distinta. Morena no tiene mucho que perder, y por eso ha apostado todo a la conquista de las grandes ciudades, con operaciones de coacción, campañas negras y una narrativa que busca dividir a la sociedad. Su objetivo es claro: destruir los contrapesos locales y hacerse del poder absoluto.
Detrás de esta ambición está una maquinaria guinda que ya controla buena parte del país, pero que quiere más. Morena ya domina la mayoría de los gobiernos estatales, los congresos locales y el Congreso de la Unión. Ahora quiere someter a los municipios que aún resisten su inercia autoritaria.
¿A qué costo? A costa de la legalidad, la paz social y la democracia municipal. En vez de fortalecer el federalismo, Morena busca centralizar el poder y aplastar cualquier disidencia, incluso recurriendo a prácticas que tanto criticaron en el pasado: acarreo, uso electoral de programas sociales, y la persecución de opositores.
Este 2 de junio, Veracruz y Durango no solo eligen alcaldes: ponen a prueba la capacidad de la ciudadanía para frenar la avaricia del partido en el poder. Porque lo que está en juego no es solo una elección municipal… es el futuro de la democracia local frente a la maquinaria del autoritarismo guinda.