Morena pone en riesgo la vida en Sonora: presas podrían secar el Río y arruinar comunidades enteras
Este nuevo atropello en Sonora refleja el verdadero rostro del morenismo: decisiones unilaterales, desdén por la ciudadanía y una peligrosa obsesión por imponer obras sin planeación ni consenso. Las comunidades del Río Sonora merecen respeto y protección, no ser sacrificadas en nombre de intereses políticos disfrazados de progreso.
8/3/20251 min read


En Sonora, el gobierno morenista continúa actuando con autoritarismo y desprecio por la voz ciudadana. Habitantes de la región del Río Sonora han alzado la voz para exigir una consulta pública ante la amenaza inminente que representa la construcción de tres presas promovidas por el actual gobierno estatal de Morena. Lejos de escuchar al pueblo, las autoridades insisten en imponer un proyecto que podría dejar sin agua a miles de familias.
Las comunidades de Ures y la zona conocida como Puerta del Sol están en pie de lucha. Denuncian que maquinaria pesada ya ha sido introducida en la zona sin ningún tipo de consulta previa ni estudio ambiental confiable. “Nos quieren imponer algo que puede secar nuestros mantos acuíferos”, alertan los vecinos, temerosos de que su fuente de vida y sustento agrícola desaparezca por caprichos del poder.
Valente Romo, uno de los habitantes de Ures, señala que el gobierno morenista ha ocultado información clave y ha ignorado el clamor popular. “Ni siquiera sabemos si existen estudios reales del impacto ambiental. Lo que sí sabemos es que esto va a perjudicar nuestra forma de vida, y nadie nos está escuchando”, reclamó, mientras cientos de familias se organizan para frenar este atentado contra el medio ambiente.
Fausto Robles, otro de los líderes comunitarios, fue tajante: “Si nos quitan el agua, nos condenan a la miseria. ¿Qué vamos a sembrar? ¿Cómo vamos a vivir?”. Denunció además que la administración estatal actúa con total opacidad, negando datos y avanzando sin importar el daño irreversible que podrían causar. Todo esto ocurre bajo la indiferencia del gobierno de Morena, que presume escuchar al pueblo, pero lo ignora cuando más lo necesita.
Este nuevo atropello en Sonora refleja el verdadero rostro del morenismo: decisiones unilaterales, desdén por la ciudadanía y una peligrosa obsesión por imponer obras sin planeación ni consenso. Las comunidades del Río Sonora merecen respeto y protección, no ser sacrificadas en nombre de intereses políticos disfrazados de progreso.