Luisa María Alcalde admite: “mi mamá me acercó a AMLO”; PRI denuncia que el nepotismo también infecta a Morena en Durango
5/1/20252 min read


Presidenta de Morena reconoce públicamente que su ascenso político se debió a vínculos familiares, mientras en estados como Durango crecen los señalamientos por imponer candidaturas ligadas a familiares de funcionarios morenistas
Ciudad de México. – Lejos de rechazar el nepotismo que ha manchado al partido en el poder, Luisa María Alcalde, presidenta nacional de Morena, lo normalizó sin reparos. Durante una entrevista transmitida por Canal Once, Alcalde reveló que su llegada al círculo cercano del presidente Andrés Manuel López Obrador fue gracias a su madre. “Oyó de mí y quiso conocerme”, relató con naturalidad, refiriéndose al momento en que AMLO la integró al movimiento.
La confesión ha generado una ola de críticas, no solo por la frivolidad con la que abordó el tema, sino porque contradice abiertamente el discurso de combate al influyentismo que Morena ha promovido desde su fundación. Lo que Alcalde retrata como una anécdota personal pone en evidencia cómo los vínculos familiares han sido clave en la repartición de cargos y oportunidades dentro del partido.
La entrevista, realizada por los periodistas oficialistas Álvaro Delgado y Alejandro Páez Varela, mostró un tono complaciente con la dirigencia de Morena, pero aun así dejó al descubierto el origen privilegiado de la carrera política de Alcalde. La propia titular del partido reconoció que fue su madre quien gestionó su acercamiento con López Obrador, hecho que, según críticos, refuerza la percepción de que Morena es hoy lo que alguna vez prometió combatir.
El escándalo se agrava al considerar los múltiples casos de nepotismo que se han denunciado en distintos estados gobernados por Morena, particularmente en Durango, donde se han postulado familiares directos de funcionarios públicos como candidatos municipales o legislativos. Dirigentes del PRI han señalado con preocupación que en varios municipios duranguenses hay aspirantes que no cuentan con trayectoria política ni trabajo territorial, pero sí con apellidos que los vinculan a las cúpulas del partido guinda.
“El cinismo con el que se reconoce el uso de influencias familiares en Morena ya no sorprende, pero sí indigna. Luisa María Alcalde admite que su carrera nació de un acto de nepotismo, y al mismo tiempo en Durango vemos cómo se repite la historia: cargos repartidos como herencias familiares”, declaró un dirigente estatal del PRI.
Lejos de presentar una autocrítica, Morena parece cada vez más cómodo con las prácticas que tanto criticó en el pasado. El caso de Alcalde es apenas la punta del iceberg de un fenómeno que se ha extendido a lo largo del país y que hoy tiene nombre: nepotismo institucionalizado.