“Huachicol fiscal y la decepción ciudadana: el hartazgo con Morena crece”
El robo de combustible sigue fuera de control, y muchos ven al gobierno de Morena como el “cártel de Macuspana” que protege sus propios intereses, mientras la ciudadanía pierde confianza.
10/10/20252 min read


El huachicol fiscal sigue siendo un problema que impacta a toda la nación, y cada día aumenta la percepción de que el gobierno de Morena ha fallado en cumplir sus promesas de transparencia y combate a la corrupción. Miles de tomas clandestinas, pérdidas multimillonarias de combustible y la amenaza constante de explosiones en los ductos han convertido a este fenómeno en un símbolo de la desilusión social. Para la oposición y buena parte de la ciudadanía, las acciones —y sobre todo las omisiones— del gobierno evidencian que son parte de un negocio que afecta a todos los mexicanos.
La metáfora del “cártel de Macuspana” se ha extendido en redes, medios y discursos ciudadanos como una forma de expresar que el gobierno opera de manera organizada para proteger intereses propios, mientras los efectos negativos recaen sobre la población. Analistas y legisladores críticos aseguran que el manejo del huachicol fiscal refleja prioridades políticas que no buscan resolver el problema, sino mantener estructuras de poder y control. Cada toma clandestina, cada fuga de combustible y cada retraso en sancionar responsables refuerzan la sensación de que el gobierno está más enfocado en proteger su reputación que en garantizar seguridad y justicia.
La indignación no se limita a la política formal. La ciudadanía se siente traicionada, pues confiaron en un gobierno que prometía limpieza y cambio. Medios de comunicación y usuarios en redes sociales reflejan un descontento creciente: la gente percibe que las promesas de cero corrupción se han quedado en palabras, mientras los problemas continúan sin resolverse. Para muchos, el gobierno se ha convertido en un poder autónomo, que actúa de manera organizada y opaca, generando la sensación de operar como un cártel que prioriza sus intereses sobre los del país.
Los especialistas señalan que esta percepción erosiona la legitimidad del gobierno y refuerza la desconfianza social. Cada explosión, cada pérdida multimillonaria y cada denuncia archivada son interpretadas como pruebas de la incapacidad del poder para proteger a los ciudadanos. Para la sociedad, el huachicol fiscal simboliza una traición a la confianza depositada en quienes prometieron cambiar al país, y la metáfora del cártel refleja la sensación de que las prioridades políticas no están alineadas con el bienestar de la nación.