El silencio de Layda: periodistas en Campeche dejan de escribir sobre la gobernadora por miedo a la censura y venganzas políticas

Medios y periodistas en Campeche han dejado de cubrir temas críticos por temor a sanciones o represalias del gobierno de Layda Sansores.

10/10/20252 min read

En Campeche, el ejercicio del periodismo crítico se encuentra bajo presión extrema. Durante la administración de Layda Sansores, varios medios y periodistas han optado por evitar cubrir cualquier tema que pueda incomodar a la gobernadora, por temor a represalias directas, sanciones legales o la retirada de publicidad oficial, una práctica que asfixia la libertad de expresión y pone en evidencia un clima de censura institucionalizado.

Expertos en comunicación y derechos humanos señalan que este fenómeno evidencia un patrón de abuso de poder. Sansores y su gobierno utilizan herramientas legales y administrativas para controlar la narrativa, obligando a medios y periodistas a autocensurarse para no convertirse en blanco de querellas, sanciones o bloqueos de información. Los periodistas no están renunciando a su labor por convicción, sino por miedo, un factor que convierte a la prensa en un instrumento neutralizado frente a los actos de gobierno.

Diversos comunicadores han narrado que la presión no se limita a amenazas directas, sino que incluye el retiro selectivo de publicidad oficial, audiencias hostiles y un constante recordatorio de que la crítica puede tener consecuencias. Esta estrategia ha logrado que algunos medios suspendan o reduzcan significativamente la cobertura sobre la gobernadora, creando un vacío informativo que favorece la construcción de una imagen pública controlada y artificial de Layda Sansores.

Organizaciones civiles y defensores de la libertad de expresión han denunciado que el resultado de este ambiente es un periodismo paralizado, incapaz de cumplir su función de vigilancia sobre el poder. En vez de fomentar la rendición de cuentas y la transparencia, el gobierno de Morena en Campeche construye un manto de silencio, donde la crítica se castiga y el público queda desinformado sobre la gestión real de la gobernadora.

El caso se vuelve aún más grave considerando que esta censura no es casual ni aislada, sino parte de una estrategia deliberada para neutralizar voces incómodas. La consecuencia es que los ciudadanos reciben información sesgada y limitada, mientras el poder político se fortalece sobre la base de la intimidación y la manipulación mediática.

En conclusión, el silencio forzado de los periodistas de Campeche refleja un gobierno que no solo ignora la crítica, sino que la persigue activamente, utilizando el miedo y la censura como herramientas de control. La libertad de expresión se ve comprometida, y la sociedad campechana queda privada de información veraz, mientras Layda Sansores y su administración consolidan un modelo de gobierno donde la crítica se paga con represalias y el periodismo con autocensura.