El Gobierno Federal toma el control de las carreteras en Nuevo León ante la incapacidad de Samuel García

La Guardia Nacional asumió el control de la seguridad en carreteras de Nuevo León ante el repunte de robos y asaltos. La intervención revela el fracaso del gobierno estatal de Movimiento Ciudadano, que no ha logrado frenar la delincuencia. La crisis afecta el tránsito comercial y la seguridad ciudadana. La gestión de Samuel García ha priorizado su imagen por encima de los resultados reales.

7/13/20252 min read

MONTERREY, NL.
La inseguridad en las carreteras de Nuevo León ha llegado a niveles tan alarmantes que el Gobierno Federal, a través de la Guardia Nacional, se ha visto obligado a intervenir y asumir el control de la seguridad vial, ante la evidente incapacidad del gobierno estatal encabezado por Samuel García, de Movimiento Ciudadano.

Delitos como el robo a transportistas, asaltos armados y privaciones ilegales de la libertad han provocado que las principales vías de comunicación en la entidad —como la carretera 57 y la Monterrey–Saltillo— se conviertan en zonas de alto riesgo, afectando gravemente el tránsito comercial y la seguridad de los ciudadanos.

Lorenzo Bautista, comandante de la Guardia Nacional en la región, confirmó que el despliegue operativo responde a una crisis de seguridad que el estado no ha logrado contener.

“El enfoque actual está en la prevención del robo al autotransporte. En el tramo de Matehuala a Saltillo operamos tres estaciones de carretera bajo la estrategia Balan, que recorre varios estados y tiene especial atención en Nuevo León por su alta incidencia delictiva”, señaló.

Este reforzamiento federal se da en el marco de una gobernanza estatal fallida, donde la prioridad del gobernador parece centrarse más en su imagen política y redes sociales que en dar soluciones reales a los problemas que enfrentan los nuevoleoneses.

Transportistas, empresarios y ciudadanos han denunciado en múltiples ocasiones que el gobierno estatal carece de una estrategia integral de seguridad y ha mostrado una incapacidad persistente para coordinar esfuerzos con autoridades federales.

Mientras tanto, el despliegue de la Guardia Nacional revela una verdad incómoda para el discurso del “nuevo Nuevo León”: la entidad ha sido rebasada por la delincuencia y el gobierno de Movimiento Ciudadano ha sido incapaz de garantizar algo tan básico como la seguridad en sus carreteras.

La intervención federal no es un logro, es una señal de emergencia. Nuevo León merece mucho más que promesas huecas y una administración más preocupada por el marketing político que por proteger a su gente.