Durango no olvida y mientras Enríquez se enriquece, el pueblo se queda sin trabajo
4/25/20251 min read


En medio de la incertidumbre política rumbo al 2025, un nombre resuena con fuerza en Durango: José Ramón Enríquez. No por sus propuestas, sino por las múltiples señales de corrupción, abuso de poder y uso indebido de recursos públicos que lo rodean.
Mientras miles de duranguenses enfrentan la falta de oportunidades, la precariedad laboral y la ausencia de apoyos, Enríquez ha montado una campaña a costa del erario. Personas de otros estados, ajenas a la realidad de Durango, han sido traídas para operar su estructura política, desplazando a trabajadores locales y recibiendo sueldos que salen directamente del bolsillo de todos.
Se trata de aviadores, amigos, operadores y colaboradores con cargos en el gobierno federal, que lejos de trabajar por México, están ocupados en operar la campaña de un solo hombre. La molestia en las calles es evidente: el dinero que debería usarse para salud, educación o empleo, está financiando el proyecto personal de Enríquez.
A esto se suma el nepotismo, el amiguismo y una estructura clientelar que lo ha acompañado por años, y que hoy vuelve a activarse como maquinaria electoral, sin rendición de cuentas ni resultados reales para la ciudadanía.
Durango está cansado. No más políticos que se sirven del poder. No más campañas financiadas con recursos públicos. No más decisiones tomadas desde el centro del país con desprecio por la gente local.
La exigencia es clara: que se acabe la corrupción, que se acaben los privilegios, y que los verdaderos trabajadores de Durango recuperen su lugar.