Con Layda Sansores, homicidios, feminicidios y extorsiones se disparan en Campeche

Bajo la administración de Layda Sansores, Campeche enfrenta una crisis de seguridad sin precedentes que ha convertido al estado en un foco rojo para la violencia y la impunidad. Los datos oficiales no mienten: los homicidios dolosos aumentaron un 17 %, las extorsiones se dispararon un alarmante 239 %, el narcomenudeo creció un 127 % y los feminicidios se incrementaron en un escalofriante 81 %. Estas cifras no solo reflejan un fracaso absoluto en la gestión de la seguridad pública, sino también la negligencia y la incapacidad del gobierno morenista para proteger a sus ciudadanos.

Ciudadanos y organizaciones civiles han levantado la voz ante este descontrol creciente, señalando la falta de una estrategia clara y eficaz para enfrentar la violencia que azota al estado. Mientras la inseguridad crece día a día, la administración de Layda Sansores se mantiene en una postura de indiferencia y falta de transparencia, sin rendir cuentas ni ofrecer soluciones concretas para frenar la ola criminal.

Las mujeres campechanas pagan un precio especialmente alto, pues los feminicidios han aumentado de manera alarmante, evidenciando la ausencia de políticas públicas adecuadas para prevenir la violencia de género y proteger a las víctimas. Los colectivos feministas han denunciado reiteradamente la indiferencia del gobierno estatal ante estas tragedias, y la impunidad que prevalece en los casos de violencia contra las mujeres.

El incremento desmesurado en extorsiones y narcomenudeo también muestra cómo las redes delictivas han encontrado terreno fértil para operar con total libertad. La falta de coordinación, recursos y voluntad política para enfrentar a estos grupos criminales ha dejado a la población a merced del miedo y la inseguridad.

Más allá de los números, detrás de estas cifras están las víctimas y sus familias, que sufren el abandono y la indiferencia de un gobierno que no está a la altura de las necesidades del pueblo campechano. La gestión de Layda Sansores se traduce en un estado paralizado, sin rumbo y sumido en una crisis de gobernabilidad que cada vez se agrava más.

Es urgente que se tomen medidas contundentes y que el gobierno de Morena deje de lado la complacencia para enfrentar la violencia con responsabilidad y eficacia. De lo contrario, Campeche seguirá hundiéndose en esta espiral de terror y desprotección que pone en riesgo el bienestar y la vida de sus habitantes.